Historia de San José de Lata

San José de Lata es un pueblo emblemático en los Montes de María, donde la tradición y el amor por la tierra perduran a pesar de la emigración de sus jóvenes.

Un lugar lleno
de recuerdos

María López

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Conoce a San Josè de Lata

🌆“Lata: Donde el cielo se viste de gala todos los días” 👑

En este rincón único de los Montes de María, la naturaleza nos premia con espectáculos celestiales. 🌠 No es casualidad… es Lata mostrándonos que la belleza más pura no se compra, se vive. 🏡💚

“Hasta en los días quietos, Lata pinta su magia” 🕊️🎨
Cuando las nubes se visten de gris perla 🌫️ y el viento calma su paso, el pueblo se convierte en un lienzo de paz. 🖼️ Aquí hasta la tranquilidad tiene tonalidades de plata. 🌿🤍

“El cielo no es el límite… es el abrazo” 🌍💙
En Lata, el atardecer no solo se ve… se siente. Entre azules profundos 🌊 y copos de algodòn✨, el cielo nos recuerda que este rincón de los Montes de María está más cerca del paraíso. ☁️🏞️

“El sol no se va… se derrite sobre Lata” ☀️🍯
Así amanece y anochece en nuestro corregimiento: con una luz dorada que baña los montes 🏔️ y enciende el alma. 🔥 Es el beso diario de la naturaleza a esta tierra bendita. 🙏💛

“No son solo colores… son sentimientos” ❤️🎭
Azul que calma 🧘‍♂️, amarillo que revive 🌞, gris que acaricia 🤗… En Lata, el cielo habla en tonalidades que tocan el alma. 💫 Por algo dicen que aquí las puestas de sol curan. 🌇💖

Campesino Costeño. Hombre trabajador incansable y noble de corazòn
Campesino Costeño. Hombre trabajador incansable y noble de corazòn
¿A QUIÉN SE PARECE EL CAMPESINO LATERO?

Fuma tabaco criollo, bebe aguardiente o cerveza Águila, sabe contar cuentos de aparecidos y de la Llorona, huele a tierra mojá y sudor honrado, pelea si hace falta, sostiene nueve hijos o más, siembra ñame, yuca, maíz, plátano, ají y ahuyama.

Ordeña las vacas al amanecer, sabe silbar como un grillo, le habla a los perros y ellos le responden con la cola; siempre hay uno que lo sigue hasta el monte.

Nunca se jubila, no conoce el Seguro Social y no le ha hecho falta. No le afecta el bochorno, va sin sombrero a las doce del día, reconoce un mango maduro sin tocarlo, tiene una uña larga para pelar guineos. A ojo sabe cuánto pesa un costal de maíz, y con mirar y darle una vuelta sabe cuánto pesa el marrano o la res.

Puede arriar tres mulas al tiempo y se sabe el nombre de todas. Porta un machete que brilla como espejo y nunca lo ha usado en pelea.

No necesita los dientes de adelante pa' reírse a carcajadas, se sabe el nombre de los nietos y bisnietos, tiene la receta del sancocho de gallina criolla. No sabe bailar cumbia pero se menea en diciembre, no le da depresión, se sabe todas las groserías del costeño, ha visto al Mojón, sabe quién le puede hacer mal de ojo y también cómo curarlo.

No se quema con el tinto hirviendo, se despierta antes de que cante el gallo, cambia la pila del radio y lo arregla con alambre. No lo tumba un catarro, camina con la pisada segura. Su celular es un “cacahuatito” que casi no agarra señal, y cuando agarra, solo suena pa' lo importante.

Saluda a todo el mundo en la plaza, repite el saludo y se despide tres veces. Sus pantalones son anchos y nunca se le caen, habla recio hasta para decir “buenos días”. Sabe todos los atajos del monte pa' llegar más rápido a la rosa. Trabaja de sol a sol y nunca le da pereza.

Sabe cuándo va a llover y no falla, sabe espantar la lluvia con un rezo. No le afecta el gluten ni la leche recién ordeñada, el café no lo desvela. Reconoce a los vagos y a los chismosos, sabe llamar a las gallinas con un silbido, baja mangos a palos.

Disfruta una guayaba, un zapote, un níspero, o un vaso de agua de panela. Espanta males con la cruz de ruda y el escapulario. Escucha Radio Lata o Caracol en AM. No da “me gusta”, no sale bien en las fotos, pero tiene un retrato pintado donde se ve gallardo con su señora.

Se sabe tres chistes y los repite cada diciembre. No sabe qué es un buró de crédito, pero su palabra vale más que un pagaré.

Cree en las noticias del radio, sabe pa' qué sirve la altamisa y el borojó. El ángel de la guarda nunca lo ha soltado. Le dice “ingeniero” a todo el que llega de fuera, y todos le dicen “Don”.

No sabe cambiar la llanta de un carro, pero se ofrece a ayudar. Sabe pescar en el arroyo y caza todo tipo de animales incluyendo brujas y culebras, no le gustan los colchones blandos. Refresco solo en Navidad, cerveza siempre, y si está caliente, igual. Ve de noche sin linterna, no lo pican los zancudos.

Ha comido iguana, armadillo, conejo y hasta culebra, y todo le sabe a monte. No sabe cuándo es festivo, ni le importa. No sabe por quién votar, porque todos le han prometido y ninguno ha cumplido.

¡Vivan los campesinos lateros!

Porque sin ellos, no hay sancocho, no hay ñame, no hay risa bajo el palo e mango…

Sin ellos, Lata no sería Lata.

¡Honor al que suda la camiseta pa' que a nosotros no nos falte el plato en la mesa!

¡Ufff, mi llave! 🔥

Conoce màs historias de Lata haciendo Clic en este enlace 😌🎯

🫂 El Latero: Sabor, Alegría y Carácter Caribeño

El Latero: La Sencillez y el Carácter Inigualable de Montes de María
Mensaje de Bienvenida a San Josè de Lata!
Mensaje de Bienvenida a San Josè de Lata!
Arroyo la Poposè
Arroyo la Poposè
Paisaje de Lata: Cielo Azul
Paisaje de Lata: Cielo Azul

Ser latero es sinónimo de alegría, cordialidad y espontaneidad. El gentilicio nos define como gente jovial, dicharachera y con un talento natural para el mamador de gallo (bromear). Somos amorosos, divertidos y con un gran espíritu festivo, donde un buen trago de aguardiente o una cerveza se acompaña de una conversación animada.

El latero es "echao pa'lante" y de carácter firme; le gusta competir sanamente, ya sea en el campo de fútbol o en una partida de dominó o arrancon. Si toca defender el honor, se prefiere la discusión a las trompadas, pues somos gente de paz. Prueba de ello es que, a pesar de las pasiones y debates, en San José de Lata todos somos familia y nunca ha habido un asesinato que lamentar.

Lateros Disfrutando la Vida
Lateros Disfrutando la Vida
Arroyo: Charco Los Patos
Arroyo: Charco Los Patos

En el Agua: Amamos la frescura de nuestros arroyos y jagüeyes (trancas), y el placer de bañarnos bajo la lluvia. Cuando la creciente del Arroyo Viejo o El Totumo baja —arrastrando troncos y sedimentos— la gente se reúne para contemplar ese poderoso espectáculo natural. (Afortunadamente, el pueblo rara vez se ha inundado, apenas en dos o tres ocasiones sin peligro).

  • En la Tierra: Los campesinos se levantan con el sol para sembrar y cultivar. La tradición de la caza menor de ñeque, armadillo y zaíno complementa la labor del campo.

  • En la Tertulia: La mañana comienza con un café bien cerrero al son de un vallenato clásico. Las tardes se pasan en el patio, jugando dominó o simplemente sentados en la puerta, compartiendo el día a día con el buen chismecito (en el sentido afectivo y social de la palabra).

Somos un pueblo de gente auténtica y con orgullo. Incluso si a veces nos tildan de "factos" (altaneros o engreídos), en el fondo solo defendemos la pasión por nuestra tierra.

Costumbres y Pasiones del Latero

La vida se disfruta en los rituales sencillos

Proyectos comunitarios

Iniciativas que fortalecen el vínculo con el pueblo.

Desarrollo local

Proyectos que benefician a los habitantes.

A group of people planting trees in a field.
A group of people planting trees in a field.
Cultura y tradición

Actividades que preservan la identidad local.

Historia del pueblo

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¿Y QUIÉN NO SE ASOMBRA ANTE TAN MAJESTUOSO ESPECTÁCULO?


Este guayacán, o también llamado cañaguate o, araguaney, como se le conoce en Venezuela, se resiste a las inclemencias del verano, al contrario, aprovecha la época para mostrar su máximo esplendor.

En un rincón al Oriente de los Montes de María, entre San José de Lata y El Guamo Bolívar, se alza majestuoso un guayacán. No es cualquier guayacán, este ha decidido engalanarse con su mejor traje de fiesta. Miles de flores, como si fueran cientos de comodoros de un intenso amarillo sol, cubren sus ramas.

El sol real, allá en lo alto, contempla maravillado a su reflejo terrenal. Juntos iluminan el paisaje, creando un espectáculo deslumbrante. La brisa danza entre las ramas, haciendo caer una lluvia de pétalos dorados que parecen copos de luz pura.

El guayacán se erige como un titán benevolente, su tronco fuerte y rugoso contrasta con la delicadeza de sus flores que parecen oro puro. Es un faro de alegría en medio del gris verdoso de los potreros de los Montes de María, un recordatorio de la belleza que atesora la tierra.

Foto tomada por Ròbinson Hurtado: el 22 Marzo 2024 a las 4:30pm.

Entre San José de Lata y El Guamo Bolívar, se alza majestuoso un guayacán.